El aborto es un crimen

Fuente Original: http://www.mendozatransparente.com.ar/noticias/el-22

El aborto ha sido un tema de constantes disputas legales e ideológicas. Si bien para las doctrinas jurídicas clásicas la vida comienza desde la fecundación del óvulo[i], momento en el que se da inicio a una nueva estructura genética única e irrepetible, las tesis modernas en su intento de justificar la expulsión arbitraria del embrión afirman una serie de ideas que de manera constante hacen el peligrar el principal derecho humano, el de la vida.
En la filosofía “tomista-aristotélica” se reconoce la existencia de un mundo objetivo y externo a la mente humana que puede ser descubierto mediante la adecuación del pensamiento[ii]. Entonces, afirmar que el cigoto posee un ADN totalmente individualizado, que lo hace único e irrepetible entre 6000 millones de habitantes del globo terráqueo (más los que han existido y van a venir a este mundo) es un hecho empírico. Aquí es más que claro el origen biológico del humano, y en consecuencia el punto de partida de sus derechos fundamentales. Ante esta realidad objetiva es que aparece la subjetividad de quien interpreta y utiliza los datos del mundo externo. Así es que las corrientes progresistas, particularmente el feminismo de la tercera ola, deben verter argumentos, muchos de ellos contradictorios entre sí, para legitimar sus discursos en favor del aborto[iii].
Si se afirma que una mujer es libre de hacer lo que quiera con su cuerpo, en principio, existiría una mayoritaria aprobación de que tal premisa es cierta; sin embargo, cada parte de la mujer, desde su piel hasta el cabello, poseen una idéntica estructura genética (lo que hace, en efecto, que ese cuerpo sea suyo), hecho que es incompatible con el óvulo ya fecundado donde apareció otro ADN distinto al de la mujer, producto de la unión con un espermatozoide[iv] y le brindó su específica individualidad.
Si por otro lado se sostiene la conveniencia el aborto como forma de erradicar las muertes por prácticas clandestinas, estaríamos frente a un error en la ética gubernamental. Simplemente se estaría legalizando un obrar inmoral por no existir por parte del Estado un debido control a las personas que hacen del aborto un negocio por demás rentable. Además, que un hecho sea legal no implica que sea moral, razón por la cual en el mismo sistema judicial existen a los denominados “principios” para hacer prevalecer los valores de la equidad y la justicia o aspectos trascendentales de la moralidad[v].
Finalmente, es necesario cuestionar la idea de “libertad” cuando se habla de aborto. En este punto es donde quizás haya mayor conflicto para determinar los límites de una persona. En la tradición liberal existe un acuerdo unánime respecto a las garantías que debe brindar el Estado en relación a la independencia y autonomía del hombre, pero cierto es que dicha libertad termina ante la autodeterminación de un tercero[vi]. Por eso es que el principio de “No Agresión” es una premisa fundamental que sirve de guía para definir si un acto es válido o no. Las distintas formas en que se manifiesta la izquierda en el Siglo XXI dejan claro que para ella el sujeto está totalmente alienado, por lo tanto la intervención en su vida es válida por cuanto no posee total libertad de elección. En el caso puntual del aborto, la mujer al ser considerada una víctima del heteropatriarcado debe romper con el paradigma de ser madre y defender abiertamente la práctica abortiva (verbigracia: el pensamiento de Shulamith Firestone)[vii]. Aquí se volvería válido para el feminismo agredir a una vida ya gestada con tal de llevar adelante su lucha ideológica por sobre cualquier dato científico.
Por lo expuesto, existiendo una base científica que permite afirmar el origen de vida desde la fecundación, aun cuando haya disidencia, se debe optar siempre y aún ante la duda que se priorice el derecho a la vida. Desde el origen mismo del Estado siempre se tendió a limitar el poder y en consecuencia generar condiciones de equidad donde todos gocen los mismos derechos naturales. Por tal razón, ante la evidencia científica del origen de la vida, legalizar el aborto es legalizar un atentado a la vida misma, y creemos que ni una muerte más debe ser tolerada por una práctica tan aberrante.


Notas:
[ii] Mauricio Beuchot (1999); Juan de SantoTomás Semiótica, filosofía del lenguaje y argumentación, ESPAÑA: Serie de Filosofía Española.
[iii] La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto legal, Seguro y Gratuito es una amplia y diversa alianza federal, que articula y recupera parte de la historia de las luchas desarrolladas en nuestro país en pos del derecho al aborto legal, seguro y gratuito. Tiene sus simientes en el XVIII Encuentro Nacional de Mujeres realizado en Rosario en el año 2003 y en el XIX ENM desarrollado en Mendoza en el 2004. http://www.abortolegal.com.ar/about/
[v] Ronald Dworkin (1989); Los derechos en serio, ESPAÑA: Ariel Derecho.[vi] http://kybernautas.mx/filesblog/37c454c7-c87f-4d15-81a3-516f13de354f.pdf

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