La auténtica tragedia de Peter Singer

Peter Singer[i], filósofo utilitarista australiano y confeso adherente a la ideología de la Nueva Izquierda, esboza un pensamiento que circula fuertemente en la actualidad, cuando distintos sectores de la sociedad debaten si debe el Estado punir, o no, las prácticas abortivas.
Es preciso decir,  en forma resumida, que para Singer la Eugenesia[ii] es el camino a seguir por la sociedad, a fin de lograr un desarrollo óptimo y armonioso respecto a la especie humana. Para sostener dicha teoría cada uno debería abandonar un proyecto de Estado deontológico para abrazar ideas netamente utilitaristas. Es por ello que Singer opta por reformular la noción de moralidad; para él, la moral ya no se descubre por un juicio esgrimido a través de la razón. En el pensamiento del filósofo citado, la moral depende exclusivamente de la capacidad que tenga un ser vivo de sentir dolor y placer. La conclusión de esto es que desaparece la noción de bien y de ética como categorías universales, cayendo en consecuencia en un relativismo endeble.
Dolor y placer son sensaciones que pueden sentir tanto los humanos como los animales, aunque es oportuno mencionar que para el Hombre, muchas sensaciones bellas y sublimes provienen de la imaginación y del grado de conocimiento que tenga de las cosas, como bien explica Edmund Burke[iii]. Como se observa, ya existe una falacia en el razonar de Singer por cuanto equipara sensaciones entre seres que poseen diferentes capacidades para interpretar al dolor (piénsese en los millones de humanos que eligen libre y voluntariamente someterse a un tormento o ayuno con fines religiosos, siendo que tal dolor no resulta en un disvalor desde el momento que trasciende culturalmente tales acciones).
Singer en el año 2012 escribe un artículo que titula “La auténtica tragedia del aborto”[iv], que sirve como un resumen conciso a su visión de la humanidad. Las ideas allí plasmadas parecieran ser un espejo a lo que sostienen múltiples organizaciones de izquierda, que marchan por el continente solicitando la legalidad del aborto. Sin embargo, se puede advertir que pocas personas se anoticiaron del verdadero mensaje que subyace en el autor mencionado.
La ciencia demostró en forma fehaciente que la vida humana comienza desde el momento en que se combinan los grupos de cromosomas en la concepción[v]. Este hecho biológico no es algo que desconozcan los intelectuales que nutren a las masas pro aborto. Para quien no conozca a Singer, este filósofo en su libro Ética Práctica[vi], afirma “Es posible dar un significado preciso a “ser humano”. Podemos utilizarlo como equivalente a “miembro de la especie homo sapiens”. Determinar si un ser es miembro de una especie concreta es algo que se puede hacer científicamente, examinando la naturaleza de los cromosomas en las células de los organismos vivos. En este sentido, no existe duda de que desde los primeros momentos de su existencia, un embrión concebido de un óvulo y un espermatozoide humano es un ser humano; y lo mismo ocurre con el ser humano que se encuentre discapacitado psíquicamente de la manera más profunda e irreparable, incluso con un bebé que haya nacido sin cerebro.”. El pensamiento citado se condice con vastos sectores de la nueva izquierda que, en forma abierta y sin escrúpulos, no niegan la existencia de la vida, sino que consideran que esa vida no tiene la categoría ontológica de persona.
Desde el momento en que se niega la existencia de pautas morales universales descubribles por la razón, se queda expuesto a caer en un relativismo moral, el cual puede ser muy conflictivo para la sociedad civilizada. Si alguien alza las banderas de Singer, ciertamente podrá aducir que es válido abortar una vida humana por cuanto no es persona. Dará razón de ello al sostener que no es inmoral quitar una vida que no razona, priorizando la que sí posee conciencia de sí misma. Tal supuesto es a plena luz una falacia, no sólo porque se habilita la matanza de personas con discapacidad[vii] (situación que ya sucede en varios lugares del mundo para alegría de los adeptos a Singer[viii]), sino porque se registra médicamente que el embrión lucha por su existencia ante la amenaza externa[ix] tal como explícitamente enseña el Dr. Bernard Nathanson (“Después de pasar de destacado abortista a líder pro vida, Bernard Nathanson se dedicó a crear conciencia para detener la eliminación de los más desvalidos de la especie[x]). Singer lleva el razonamiento pro aborto a un absurdo sofisma al considerar que es por el bien del niño discapacitado que se le aborte para evitar así una vida plagada de sufrimientos para él mismo y la sociedad en general; aunque suene cruento este razonamiento, en el año 2011 el Tribunal de Apelación de Bruselas dictaminó que los padres del niño podían reclamar daños y perjuicios de los médicos que no lograron detectar la incapacidad. Afirmaban que, al hacer legal el aborto terapéutico, los legisladores pretendían que las mujeres pudieran evitar dar a luz a niños gravemente discapacitados, “teniendo en cuenta no sólo los intereses de la madre, sino también los del niño no nacido mismo”[xi], haciendo visible así una tendencia que paulatinamente se ha ido dispersando por el mundo.
A su vez, muchos sectores pro aborto se escudan sosteniendo que la militancia pro vida prioriza al feto por sobre un animal. Millones de personas se esfuerzan por equiparar la vida humana con la de un animal, llegando a confundir el lenguaje propio del Hombre (campo simbólico que carece toda otra especie) con la comunicación elemental y concreta de los demás seres vivos. En tal confusión es común escuchar que “los animales tienen derecho”. Interpretando al filósofo jurídico, Hebert L. A. Hart, el Derecho es un sistema de abstención y especulación entre las personas. Según la obra “Teoría del Estado”[xii] de Hermann Heller, el derecho es la ordenación social que el gobierno del Estado eleva a la categoría de Derecho para compeler su cumplimiento mediante la coacción legal. Se deduce de manera simple que sólo las personas podemos afianzar un sistema jurídico, ya que la razón y la proyección del Hombre le permiten organizar la vida comunitaria con distintos contenidos de acuerdo al contexto socio-político. Nada impide que las personas acuerden en forma espontánea que no es loable maltratar un animal sintiente, pero dicho pacto no otorga prerrogativas a una bestia, sino que genera la potestad para que un grupo humano sancione a otro grupo que no cumplió con tal directiva. Sólo en cabeza de una persona recaen derechos, garantías y obligaciones, las cuales pueden variar, incluso ceder ante la presión de una mayoría circunstancial. Pero es falaz considerar  que si una persona está compelida a no contaminar para preservar el ambiente de las futuras generaciones, es porque un árbol, un río o un perro tienen  un “derecho” exigible. Cuando se dice “la vida comienza desde la concepción”, lo que se traduce en términos jurídicos es que, desde el momento en que se combinan los núcleos del padre y la madre, existe una “persona”, es decir, una entidad susceptible de contraer derechos, siendo el primero y fundamental el de la Vida, por cuanto todos los demás sólo serán ejercitados si uno posee vida para interactuar en la sociedad.
Singer en su obra “Ética práctica” expone “…a razón del utilitarismo de preferencia para respetar la vida de una persona no puede aplicarse a un recién nacido. Los recién nacidos no pueden verse a sí mismos como seres que pudieran o no tener un futuro y, por tanto, no pueden tener deseos de continuar viviendo. Por la misma razón, si el derecho a la vida debe basarse en la capacidad de querer seguir viviendo, o en la capacidad de verse a uno mismo como un sujeto con mente continua, un recién nacido no puede tener derecho a la vida. Por último, un recién nacido no es un ser autónomo con capacidad para tomar sus propias elecciones y. por tanto, matar a un recién nacido no puede violar el principio de respeto a la autonomía…”; Los valores occidentales se encuentran gravemente amedrentados por la relatividad en que se tratan cuestiones de trascendencia, y este devenir no casual, ya que el propio autor mencionado sostuvo “…El cambio en las actitudes occidentales hacia el infanticidio desde los tiempos romanos es, como la doctrina de la santidad de la vida humana de la que forma parte, producto del cristianismo. Quizá ahora sea posible pensar en estos temas sin asumir el marco moral cristiano que ha impedido, durante tanto tiempo, cualquier revaloración fundamental.”; todas las sociedades en la historia han absorbido ciertas pautas morales que restringen quitar libremente una vida. De no ser así, toda cultura sin dicha prohibición estaría a merced de extinguirse a sí misma. Cabe entonces hoy plantearse si el modelo óptimo de sociedad y desarrollo es aquella donde prima la vida humana respetándola desde su primer momento de existencia, o aquella donde se supra valora la vida animal por sobre la propia especie, abriendo la puerta al relativismo moral.
Si uno asume las posturas de la Nueva Izquierda (que de manera visible exponen argumentos similares a los analizados en Singer), encontrará razones subjetivas suficientes para eliminar ciertas vidas bajo categorías arbitrarías. Lo que la Nueva Izquierda no dimensiona es el riesgo de caer en sus propios sofismas. Si los grupos abortistas plantean que en su moral no es un disvalor abortar porque esa vida humana según ellos no tiene la categoría de “persona”, nada impide que un grupo reaccionario aplique su propia ley moral y sostenga que para ellos matar a personas adultas tampoco es inmoral porque son existencias que nada positivo aportan a la sociedad. Antes de caer en un infierno de inseguridades causadas por el relativismo, lo prudente es tomar conciencia del valor “vida”, y que no se debe interferir arbitrariamente en su desarrollo. Las personas no siempre son capaces de exteriorizar lo que realmente se desea por dentro (de allí que el sistema jurídico en general no otorga valor al silencio), y eso no habilita a que otro ser humano decida por quienes guardan silencio.
Para concluir, es válido recordar que tanto Singer como las agrupaciones pro aborto, consideran que no existe la obligación moral de permitirle a un ser que llegue a su etapa de plena racionalidad. Esta forma de entender la moral conlleva a que, mediante criterios eugenésicos, alguien pudiera afirmar que en base a una discapacidad o enfermedad, la vida de uno no merezca ser vivida y en consecuencia sea válido exterminarla. Finalmente cada lector podrá optar entre asumir una postura pro vida o pro aborto, sabiendo que si se relativiza el derecho a vivir de otro humano, nada impide que después alguien relativice cualquier otro derecho; si ya fueron por la vida de las personas por nacer, no habría impedimento para que ahora vayan por la vida de los ya nacidos.
Autor: Horacio Giusto Vaudagna
[i]Peter Singer es un filósofo moral australiano. Hijo de una familia judía austriaca obligada a abandonar su país en 1938 y a emigrar a Australia, Singer nació en Melbourne en 1946. Estudió en las universidades de Melbourne y de Oxford. Fundó el Green Party de Victoria (British Columbia, Canadá). En 1999 se trasladó a los EEUU. Es el fundador de la Asociación internacional de Bioética y coeditor, junto con Elga Kuhse, del Journal of Bioethics. Entre sus obras se cuentan Liberación animal (1975), Ética práctica (1979), En defensa de los animales (1986), Ética para vivir mejor (1993), Repensar la vida y la muerte (1994) o Una Izquierda darwiniana (1999), Una vida ética: escritos (2001). En 1993, Singer encabezó junto a otras figuras destacadas por sus intereses animalistas la iniciativa conocida como Proyecto Gran Simio, que además apareció en forma de publicación colectiva ese mismo año, editado por el propio Singer y la animalista italiana Paola Cavalieri.
[ii]La eugenesia es una rama de la filosofía que se encarga de “mejorar, adelantar y aplicar” la selección natural (teoría darwinista que surgió en el siglo XIX). Esta ciencia tiene como fin eliminar a todos los seres vivos cuya genética sea defectuosa o incorrecta. http://concepto.de/eugenesia/
[iii]E. Burke (2010) Indagación filosófica sobre el origen de nuestras ideas acerca de lo sublime y de lo bello. España: Alianza Editorial.
[iv]“La auténtica tragedia del aborto” por Peter Singer (20 de Agosto de 2012) http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-12144760
[v]Ver documental de NatGeo en: https://www.youtube.com/watch?v=tXDsRrKijqs
[vi]P. Singer (1984) “Ética práctica”. Gran Bretaña: Cambridge Universlty Press.
[vii]Afirma Singer en Ética práctica al justificar el infanticidio: “no estamos mostrando ningún prejuicio contra los discapacitados si preferimos. bien para nosotros mismos o para nuestros hijos, no enfrentarnos a barreras tan grandes”
[viii]Donde el aborto es legal casi no nacen niños con Síndrome de Down” Es una tendencia que se impone en todo el mundo, según dos expertos españoles invitados a disertar por Down Is Up.
[ix]El Dr. Bernard Nathanson, reconocido por Documental “El grito silencioso”: https://www.youtube.com/watch?v=RnbiF6vYw9c
[x]“La historia de Bernard Nathanson, el médico de los 75.000 abortos que se hizo líder pro vida” por Héctor D’Amico (6 de mayo de 2014) https://www.lanacion.com.ar/1687935-el-grito-silencioso-del-aborto
[xii]H. Heller (1971) “Teoría del Estado”. México: Fondo de Cultura Económica.

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