Autor: Horacio Giusto Vaudagna
Salvo
comentarios aislados, como “alpargatas si, libros no” que expresara el
peronismo en tiempos pasados, la educación es un interesante botín, al que se
puede llegar a calzar de distintas maneras y con diferentes perspectivas. Por
eso ha sido y es apreciada por ideologías y por facciones políticas. Es posible
afirmar lo antes dicho porque la transmisión de conocimientos al alumno es siempre
una transmisión sesgada, de segunda
mano. Es aceptado que todos los saberes de
la Humanidad no se pueden transmitir en forma íntegra y total. Lo que se
transmite, la forma y el momento de hacerlo, siempre es resultado de una decisión
política, es decir, por un acuerdo realizado dentro de una comunidad. Imaginemos
una biblioteca universal, donde Borges diría que están todos los conocimientos
de la humanidad. A esa biblioteca acuden especialistas, agencias de gobierno,
instituciones, y en respuestas a políticas educacionales, determinan los
contenidos a enseñar, seleccionan qué
saberes se transmitirán y cómo se transmitirán, hacen una construcción de lo
que se debe enseñar. Basil Bernstein, sociólogo inglés especialista en educación, refiere a esta actividad como un proceso de
descontextualización y recontextualización, donde construyen el conocimiento
que le trasladan a los docentes, para
que éstos se lo transmitan a su vez, a
los alumnos. Estos saberes en manos de los docentes son modificados, adecuados al nivel de comprensión de los
estudiantes, y cuando llegan a los mismos constituyen los contenidos enseñados.
Los que eligen los saberes originarios que están en esa biblioteca universal, que
luego descontextualizan y recontextualizan, transforman los saberes
originarios. Esta transformación puede ir cargada de ciertas ideologías lo que
permite que adolescentes y jóvenes de una población sean educados bajo ciertos
paradigmas. Esta formación por años (primario, secundario, universitario) termina
en muchos casos haciéndolo al sujeto un simpatizante, y cuando no, un fanático,
de la ideología que sutilmente se le fue impregnando; basta con recordar el
desdichado ejemplo ocurrido en una puesta en escena al público protagonizada
por niños de un Jardín de Infantes de La Cumbre, Prov. de Cba., vestidos con
ropas similares a las de las fuerzas de seguridad, mataban a tiros a personas
civiles, celebrando el “24 de marzo”. Más peligroso se torna el tema ya que las
políticas educativas que vienen desde la estructura coercitiva del Estado no
pueden ser modificadas cualitativamente.
En
Argentina el currículum de la educación es absolutamente cerrado. La educación
es siempre pública por ley, aún si la gestión es pública o privada. Esto es
motivo de la decadencia cultural que atraviesa la sociedad actual. El respeto a
la diversidad y el pluralismo se hace imposible en un sistema en el que la
educación se encuentra atravesada por una ideología totalitaria. Allí se
observa el falso dilema que sostienen los progresistas respecto a la laicidad
de la educación.
La
educación nunca será perfectamente neutra, mas nada impide que se implementen
sistemas de educación que permitan la existencia de centros educativos privados
a la par de las escuelas públicas. Es totalmente falaz considerar que los
educadores formados bajo corrientes marxistas posean mayor autoridad moral e
intelectual que un maestro cuya formación se centró en una universidad
confesional. Por ello es posible concluir que, si el Estado no puede asegurar
una educación totalmente objetiva, mínimamente debería permitir la educación
privada sin injerencia en sus currículas educativas, donde el individuo decida
bajo qué valores e ideas formarse. Se sostiene que el Estado debe separarse en
todos los aspectos de la Iglesia, pero si hubiera una sinceridad seria y adulta
en el reclamo, también debería separarse todo sesgo marxista en la educación.
De no ser así lo único que termina subyaciendo es que ciertos sectores
ideológicos desplazan unas ideas para imponer otras, convirtiéndose en aquello
que dicen criticar: unos meros dogmáticos con ansias de poder para adoctrinar
niños.
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