Autor: Horacio Giusto Vaudagna
“Lo que la mayoría de las personas no saben,
pero deberían saber, es que prácticamente todos los alimentos que compran en
una tienda son alimentos genéticamente modificados. No existen sandías
silvestres, no existen rosas de tallo largo que crezcan en la naturaleza
salvaje (aunque no las comamos). No existen vacas salvajes. Haz una lista con
todas las frutas y vegetales que comemos y pregúntate si existe alguna
contraparte silvestre a lo que comes. Si la hay, no es dulce o jugosa o
deliciosa y seguramente está llena de semillas por dentro. Hemos modificado
genéticamente todos los alimentos que hemos comido durando los últimos 10
milenios. Se llama mejoramiento artificial. Ahora podemos hacer eso en un
laboratorio y ¿Resulta que se van a quejar?, si eres de los que se queja
entonces regresa a comer las manzanas silvestres.”[i]
Esta afirmación de Neil deGrasse Tyson[ii]
permite adentrarse a un problema serio que enfrenta la humanidad actualmente.
En tiempos pretéritos, las sociedades padecían grandes temores respecto a la
escasez de alimentos, las inclemencias del clima o las enfermedades potenciales
que amenazaban la vida humana, entre otras tantas eventualidades naturales a
las que se expone el género humano. Ante este crudo panorama, el avance
científico y la producción capitalista vinieron a solucionar muchos de estos
inconvenientes, mejorando significativamente la calidad de vida de las
personas. Sin embargo, a pesar de la evidencia contundente que aporta la
realidad, muchas personas insisten en defender ideas tales como que la Tierra
es plana, es mejor no vacunar a los niños o que los alimentos transgénicos son
la perdición de la humanidad.
Ahora
bien, la utopía orgánica y anticapitalista no es patrimonio exclusivo de un
selecto grupo de anacoretas verdes. Como todo discurso bien intencionado que
propone el progresismo, el movimiento verde desembarcó en la Unión Europea tal
como se puede apreciar en el Reglamento Nº 834/2007 del Consejo de fecha 28 de
junio de 2007 sobre producción y etiquetado de los productos ecológicos, donde
expresamente dice: “La producción
ecológica es un sistema general de gestión agrícola y producción de alimentos
que combina las mejores prácticas ambientales, un elevado nivel de
biodiversidad, la preservación de recursos naturales, la aplicación de normas
exigentes sobre bienestar animal y una producción conforme a las preferencias
de determinados consumidores por productos obtenidos a partir de sustancias y
procesos naturales. Así pues, los métodos de producción ecológicos desempeñan
un papel social doble, aportando, por un lado, productos ecológicos a un
mercado específico que responde a la demanda de los consumidores y, por otro,
bienes públicos que contribuyen a la protección del medio ambiente, al
bienestar animal y al desarrollo rural”[iii].
Es imposible dejar de resaltar que, tras un pomposo dictado de nobles fines
sociales, sólo se está apuntalando a satisfacer un grupo específico de
consumidores. Esta simple muestra de lo que reglamenta la Unión Europea sirve
de modelo para comprender la barbarie totalitaria de los militantes
AntiTransgénicos.
El
activismo mencionado anteriormente ha puesto un velo de mediocridad en todo
debate público. Al compás de un pedido infantil y netamente emotivo, se recrea
en forma constante un mito en torno a la producción transgénica. Tan burdo se
vuelve el debate que, lejos de apreciar las ventajas de modificar genéticamente
el alimento, se culpa al capitalismo contemporáneo de problemas históricos.
Bastaría mencionar cómo se culpa, en forma determinista y sin posibilidad de
cuestionamiento al dogma ecologista, el uso de Glifosato[iv] por
enfermedades cancerígenas; lo real es que las propias agencias ambientales del
Estado[v],
como organizaciones privadas[vi]
también, han determinado que no hay nexo causal entre el uso adecuado y
responsable de tal herbicida y el daño a las personas. El activismo
AntiTransgénico parece olvidar que las nuevas tecnologías no sólo incrementan
el sabor de la comida, sino que reducen notoriamente el uso de herbicidas[vii].
Es a la luz de los hechos que el mismo sector progresista que repele las
acciones de Monsanto, milita en favor de una agricultura que requiera de sus
servicios plaguicidas.
Este ejemplo, entre tantos que podrían ser
citados, demuestran a la luz de la verdad que la sociedad posmoderna tiende a
validar cualquier discurso emotivo por sobre lo racional.
La
militancia AntiTransgénica niega datos certeros de la realidad. Tal como expone
La Bolsa de Comercio de Rosario, el cultivo transgénico incrementa el
rendimiento para abastecer a más personas disminuyendo la cantidad de recursos y
tierras necesarias[viii];
esto no sólo ayuda a fomentar el trabajo de pequeños productores, sino que
sirve para impulsar la seguridad alimentaria a nivel mundial. A su vez, en tal
informe se indica que hay una disminución de emisión de gases de efecto
invernadero y, también, la biotecnología en los cultivos ha reducido la presión
para utilizar nuevas tierras en la agricultura y ha contribuido a la seguridad
alimentaria mundial. En países menos desarrollados, la ingeniería alimenticia
sirve para mejorar significativamente la calidad de vida e impulsar sus
mercados en el orden internacional.
De
hecho, si uno profundiza los estudios, verá que el mercado ecologista
representa sólo un 2% de la alimentación mundial, donde sus precios escalan por
sobre el 50% de los valores convencionales[ix].
Claramente, el Movimiento Verde, al ver en forma sacra la naturaleza, le da la
espalda a la humanidad. Pero aún en tal supuesto, dicho movimiento incurre en
un grosero error; la producción transgénica propuesta por el capitalismo
moderno, no sólo sirve como potenciador de economías regionales y resguardo
alimenticio para sectores vulnerables, sino que también funge como protección a
la Tierra. Esto se demuestra en un estudio realizado en Inglaterra donde se
llega a la siguiente conclusión: “Los
cultivos transgénicos están permitiendo a los agricultores cultivar más sin
necesidad de utilizar tierras adicionales. Si la biotecnología agrícola no
hubiese estado a disposición de los 18 millones de agricultores que usaron la
tecnología en 2013, mantener los niveles globales de producción del año 2013
habría requerido plantaciones adicionales de 5,8 millones de hectáreas de soja,
8,3 millones de hectáreas de maíz, 3,5 millones de hectáreas de algodón y 0,5
millones de hectáreas de canola. Esta superficie total requerida es equivalente
al 11% de la tierra cultivable en los Estados Unidos, o el 29% de la tierra
cultivable en Brasil, o el 32% de la superficie de cereales en la Unión Europea[x]”.
Sumado a esto, una sociedad que fortalece la inversión en alimentos
transgénicos está protegiéndose del “Cambio Climático” (una bandera de lucha
propia del Ecologismo naturista); este dato se desprende de la investigación
científica realizada por Graham Brookes y Peter Barfoot en la cual se concluye
que “La tecnología ha promovido un menor
uso de combustible y cambios en las prácticas agrícolas, lo que ha dado como
resultado una disminución en los gases de efecto invernadero en donde se
siembran estos cultivos. En 2013 esto fue equivalente a quitar más de 12,4
millones de vehículos de las calles…”[xi];
tal como se ha expuesto, promover la lucha AntiTransgénica, no sólo va en
desmedro de la sociedad, sino que en fomenta la destrucción del propio planeta
que dicen cuidar los militantes ecologistas.
Por
todo lo expuesto queda en evidencia, nuevamente, que el ecologismo y todas sus
variaciones son a la razón lo que la Astrología es a la Ciencia. Cada discurso
emotivo parece encerrar una verdad encubierta de nobles sentimientos, sin
embargo, la verdadera protección al Hombre y su planeta proviene de aquello que
el ecologismo ataca. Es en sociedades que han favorecido un mercado libre, con
sentido de responsabilidad y seguridad jurídica, donde el hambre, la miseria y
la contaminación se han visto reducida. Muy por el contrario, aquellos países
que repelen el ingreso de tecnologías capitalistas presentan año tras año mayor
índice de pobreza, desnutrición infantil y contaminación[xii].
[i]
Neil deGrasse Tyson sobre los alimentos
transgénicos – Visto en: https://www.youtube.com/watch?v=nROdZjOLl5Y
[ii]
Neil deGrasse Tyson es un astrofísico, escritor y divulgador científico
estadounidense. Actualmente es director del Planetario Hayden en el Centro Rose
para la Tierra y el Espacio, investigador asociado en el Departamento de
Astrofísica del Museo Americano de Historia Natural.
[iii]
Diario Oficial de la Unión Europea – Visto en: https://www.wipo.int/edocs/lexdocs/laws/es/eu/eu122es.pdf
[iv]
El glifosato es un herbicida de amplio espectro, desarrollado para eliminación
de hierbas y de arbustos, en especial los perennes.
[v]
La agencia ambiental estadounidense dice que el herbicida glifosato no es un
carcinógeno – Visto en: http://www.agritotal.com/nota/39112-la-agencia-ambiental-estadounidense-dice-que-el-herbicida-glifosato-no-es-un-carcinogeno/
[vi] Despite activists’ claims about glyphosate dangers,
there’s no cancer spike in Argentina – Visto en: https://geneticliteracyproject.org/2016/03/28/despite-activists-claims-glyphosate-dangers-theres-no-cancer-spike-argentina/
[vii] Environmental impacts of genetically modified (GM)
crop use 1996–2013: Impacts on pesticide use and carbon emissions – Visto en: https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/21645698.2015.1025193#.VWYtq1IsMrU
[viii]
Los cultivos transgénicos y sus efectos en la agricultura – Visto en: https://www.bcr.com.ar/Pages/Publicaciones/informativosemanal_noticias.aspx?pIdNoticia=650
[ix]
Mito y realidad de la agricultura ecológica – Visto en: https://www.revistadelibros.com/articulos/mitoy-realidad-de-la-agricultura-ecologica
[x] Biotech Crop Adoption Leads to Greater Sustainability
and Socioeconomic Opportunities for Global Farmers and Citizens - Visto en: https://pgeconomics.co.uk/press+releases/20/Biotech+Crop+Adoption+Leads+to+Greater+Sustainability+and+Socioeconomic+Opportunities+for+Global+Farmers+and+Citizens
[xi] Environmental impacts of genetically modified (GM)
crop use 1996–2013: Impacts on pesticide use and carbon emissions – Visto en: https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/21645698.2015.1025193
[xii]
Cuáles son los países que más y que menos cuidan el medioambiente – Visto
en: https://ecoosfera.com/2018/02/paises-que-mas-y-que-menos-cuidan-ambiente-politicas-ambientales-verdes-ranking/
tan "pro ciencia" el derechoso que cree en amigos imaginarios xD
ResponderEliminarvarias cosas analfabeta:
1) los ateos de verdad (no los que se dicen ateos y ni saben que es eso) solo creemos en la ciencia y en la razon, no en "cualquier cosa" ignorante!
2) los indigenas creen en "dios" y no solo creen en uno si no en varios supuestos dioses, y si boric practica esas creencias no es ateo.
3) los ecologistas estan en contra de los transgenicos no solo por sus consecuencias para salud (que tambien hay estudios que dicen lo contrario de lo que se muestra aqui) si no por que las multinacionales de manera desleal aumentan su produccion con eso mas rapido y arruinan las economias locales.
mas lectura y menos panfletismo derechoso.
sus respuestas no me importan y sus insultos risas y descalificaciones demuestran lo que ustedes son.