Feminismo y su eterna contradicción - por Martina Rivera



Para comenzar con esta breve exposición, lo más prudente, es empezar por la pregunta inicial: “¿Qué es el feminismo?”. La primer definición, pertenece a la RAE (Real Academia Española) y dice: “Principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre, y movimiento que lucha por la realización efectiva en todos los órdenes del feminismo”(1). Esta definición (según la página de mujeres en red) es machista y proviene de un diccionario patriarcal, lo que conlleva a la segunda definición. Según esta página “mujeres en red”, el feminismo “es un movimiento político y social que supone la toma de conciencia de las mujeres como grupo colectivo humano de la opresión y explotación, que han sido y son objeto por parte del colectivo de varones en el seno del patriarcado bajo sus distintas fases históricas de modelo de producción, lo cual las mueve a la acción para la liberación de su sexo con todas las transformaciones de la sociedad que aquello requiera” (2). La atención debiera estar en “y son objeto por parte del colectivo de varones en el seno del patriarcado” en la propia definición ya que el feminismo entiende a la mujer como un objeto. Desde el principio hay algo raro, porque se supone que se busca la igualdad entre el hombre y la mujer, pero ésta se tiene que sentir como un objeto.
Para seguir, un hombre no puede ser feminista según esta página. Eso no es lo que hace ruido sino el motivo: “Que un hombre llegara a ser feminista implicaría por propia ontología que el feminismo habría ejercido sobre la sociedad toda su capacidad transformadora y, por tanto y una vez lograda, establecida y mantenida la igualdad, el feminismo ya no tendría objeto, y serlo tampoco ni para hombres ni para mujeres” (3). Otra cosa que agrega esta página es que un hombre que se cree mujer, no es mujer y tampoco puede ser feminista. A su vez, le dicen Mónica a un hombre que se llama Juan, y defienden sus derechos y que el Estado y la sociedad lo deben reconocer como Mónica. Es una contradicción evidente la de este sector feminista.
Oportuno es entonces distinguir las diferentes olas del feminismo que llevaron al movimiento a este punto. El feminismo comienza a aparecer en el siglo XVIII, esta es la primera ola, la del feminismo liberal. En esta corriente las mujeres comienzan a pedir la misma educación que los hombres, es decir, igualdad ante la ley y en general derechos civiles. Se manifiestan de modo que se vea lo excluida socialmente que estaba la mujer en ese momento. Comienza a hacerse notar también la “guerra de sexos”. Todo esto, con el objetivo de conseguir igualdad ante el poder político. (4)
Le primera ola duró hasta el comienzo del siglo XX, luego de esto comenzó la segunda ola del feminismo; el feminismo marxista. Ahora, en vez de incluir a la mujer solo socialmente, la querían incluir en la economía del hogar. Engels, en su libro “El origen de la familia, la propiedad privada, y el Estado” dice que en el comunismo primitivo, lo que había era un régimen más como “matriarcal”. La mujer hacía todo en la casa porque el hombre era vago y torpe que no podía aportar nada a la comunidad. De a poco, en su libro va diciendo que se vivía mejor durante el comunismo primitivo, la mujer estaba socialmente más acomodada: “La señora de la civilización, rodeada de aparentes homenajes y extraña a todo trabajo efectivo, tiene una posición social muy inferior a la de la mujer de la barbarie, que trabajaba de firme, pero que entre su pueblo estaba considerada como una verdadera dama (lady, frowa, frau = señora) y lo era efectivamente” (5). La única solución a todo lo que estaba pasando era ir de forma revolucionaria y violenta contra la propiedad privada. Ahora quiero hacer una breve reflexión sobre esto; hemos visto todos que las feministas marxistas dicen que, si la mujer quiere liberarse, primero debe necesariamente acabar con la propiedad privada (todo esto, gracias a los escritos de Lenin y Marx). Entonces pensemos un poco, la mujer ¿que busca? ¿Liberarse? ¿Qué pasaría si seguimos con un sistema capitalista? En el capitalismo la mujer tiene derecho a estudiar y trabajar; supongamos que empieza a estudiar, luego de unos años se recibe, trabaja y gana plata dependiendo de la dedicación que le pone a su trabajo. Con esa plata se compra una casa, un celular, un auto y ropa. Esta mujer tiene sus ingresos y con su dinero hace lo que quiere. Entonces ¿Dónde está la opresión? Así pues, se ve que conviene un sistema capitalista. Marx decía lo contrario, Lenin afirmaba eso y decía que las mujeres son importantes para mover masas, entonces ¿Lenin y Marx fueron unos pobres ingenuos o manipuladores? Hay que tener cuidado con esto. Algo que voy a destacar es el libro de Aleksandra Kollontay “El comunismo y la familia”; en esta obra hace promesas sobre lo que es el paraíso comunista; una de ellas es que “La organización de talleres especiales para repasar y remendar la ropa ofrecerán a la mujer trabajadora la oportunidad de dedicarse por las noches a lecturas instructivas, a distracciones saludables, en vez de pasarlas como hasta ahora en tareas agotadoras" (6). Lo que hay acá es que por ejemplo Agustín Laje en “El libro negro de la nueva izquierda”, nos recuerda que gracias a la revolución tecnológica (capitalismo puro) se crearon herramientas domésticas como el lavavajillas, la lavadora, cocina eléctrica y en minutos ya está todo hecho; en ese tiempo la mujer ya puede hacer otra actividad que ella quiera. Volviendo a las promesas de este supuesto paraíso comunista, estaría bueno ver lo que pasó en la URSS con el decreto que habían puesto en la ciudad de Vladimir. En dicha ordenanza, las mujeres mayores de 18 que no estaban casadas se tenían que inscribir en las “oficinas del amor libre” para elegir un esposo de entre 19 y 50 años (o podían ser elegidas). (7)
La segunda ola del feminismo, duró hasta finales del siglo XX. Luego empieza la tercera ola feminista, el feminismo radical. Acá, no es más una exclusión social o una opresión por parte de la propiedad privada, sino que el foco es la construcción cultural. Ideología de género, el aborto como un derecho o los cupos trans, se sustentan siempre con el discurso de que el ser madre, esposa o ser directamente femenina, es una forma de opresión cultural hacia la mujer. Usan cierto juego de palabras mezclado con una que otra falacia para manipular gente y que todos digan lo mismo, como si fuesen discos rayados. Algo que no puedo dejar pasar es un tinte hipócrita que suelen tener la mayoría de las feministas, que es el tema de buscar problemas en occidente y no tratar de arreglar lo que pasa en otras culturas donde la mujer directamente no puede hablar directamente.
Antes de buscar problemas que no hay, tienen que tratar de resolver los verdaderos. En este contexto aparecen muchas cosas más como la teoría queer, ideología de género,  ecofeminismo, transfeminismo, entonces a partir de todos estos conceptos nuevos, algunas personas sostienen que ya no son solo 3 olas, sino que estamos en la cuarta ola feminista.  El feminismo de hoy en día es malo y estoy profundamente convencida de eso. Piden a gritos decidir sobre la vida de una persona inocente al exigir el aborto como un derecho, simpatizan con el marxismo porque según De Beauvoir, “en la URSS el feminismo adquirió su máxima amplitud” (8) y ya sabemos que fue todo lo contrario. A esto se le puede atribuir algunas características de “El hombre light” que como bien dice Enrique Rojas (9), el hombre moderno no tiene virtudes, personalidad, esencia, solo lo mueve la masa y no tiene un pensamiento propio, solo ve y repite hasta que se lo cree. Parece que un día alguien se despertó y dijo “bueno, no soy hombre, tampoco voy a ser mujer, y me tienen que decir Roco, voy a ser un perro” y las personas súper tolerantes y con una moral gigante ¿Qué hicieron? Lo aceptaron y le exigieron al papá Estado que obligue a los cuerdos a decirle Roco a este ser humano. Eso es lo políticamente correcto de hoy en día. Son los nuevos “idiotas útiles” porque un hombre llegó a ser presidente diciendo literalmente “vamos a aceptar a la comunidad LGBTQWERTY”, “vamos a proponer el aborto” y bueno, criticando a Macri (no soy macrista). Esta es la batalla cultural y tenemos que ser protagonistas, los chicos de fundación libre, bien nos piden que lo seamos, que no nos quedemos callados en esta lucha.
 Por Martina Rivera

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